Saturday, November 12, 2005

Conversaciones de taxi 1

Bogota, tarde fría de noviembre, 5:45 pm, con un compromiso a las 6:00 pm, quedan mas o menos 120 cuadras para llegar a mi destino, extrañamente la ruta de costumbre justamente hoy esta congestionada, se me ocurre sugerir una ruta alterna a la cual obtengo como respuesta una explicación probabilística del trafico capitalino y una lista de razones por las cuales mi ruta propuesta no es efectiva, al final me convencieron y ahora estoy en una congestión igual o peor y con una ya remota esperanza de llegar a tiempo. El silencio invade el interior del vehículo y al rededor el trancòn ya es notorio, de repente, la pregunta de introducción, "el señor sabe por que es festivo el próximo lunes. ?" Creo que en ese momento, a 5 minutos de mi compromiso, no importa si es o no festivo el lunes, si es por la independencia de Cartagena o por la coronación de la señorita Colombia o por cualquier otra razón. Pero decido contestar "independencia de Cartagena", total hubiera podido contestar cualquier cosa, lo importante era iniciar una conversación de taxi en trancòn. El lunes festivo fue la entrada para la primera lección de taxi, el ahorro, lección que empezó con una interesante frase "la gente cree que uno come solo un día", frase corta y en tono radical a la cual siguió la respectiva explicación de como la gente ante la proximidad de un lunes festivo se gasta todo su dinero sin ahorrar para el resto del mes, “como es posible?”, se preguntaba el señor taxista, “ que si uno tiene 200 mil pesos para el resto del mes se los gaste todos el fin de semana, noooo”, seguía explicando, “uno debe ahorrar y gastarse solo 100 mil pesos para poder dejar algo para la leche de la siguiente semana. o usted que opina señor?”. Después de esta y otras explicaciones termine convencido de su teoría.

Ya entrados en temas económicos, el señor taxista procedió a contar su teoría económica colombiana en base a la cerveza, (fundamentada en su experiencia, ya que tuvo un expendio de cerveza y al parecer también fue un conocido borracho en su barrio), "si señor, ya uno no se puede tomar una cerveza....esta muy cara", este comentario me sorprendió ya que la cerveza es uno de los productos que yo he conocido desde siempre casi al mismo precio, por lo cual decidí indagar mas sobre la economía de la cebada, a lo que el señor conductor siguió, "ahora para poder invitarle un palo de cerveza al suegro hay que estar enamorado de el", en este momento entramos en el campo socio-económico dije yo, "créame señor, en el 85 yo ganaba 700 pesos diarios y el palo de cerveza costaba 350, entonces yo podía llegar el fin de semana a la casa de mi mujer e invitar al suegro un palo de cerveza, por eso es que ese señor me quería tanto y me pude casar". En este momento seguíamos en el mismo trancòn y habíamos tomado la peor de las rutas para llegar a mi destino y ya ni esperanzas quedaban de llegar a tiempo a mi compromiso, pero ante la importancia del análisis al que estaba atendiendo el compromiso poco importo, y decidí seguir escuchando las historias de la cerveza. "Vea señor el precio del trago afecta todo, no se da cuenta usted que ahora en las reuniones sociales no dan nada mas que una copita de vino y ya ?, ahora no se puede emborrachar a nadie, sale muy costoso, en estos días si uno se quiere emborrachar hay que llegar a la fiesta con su propia botellita".

El tema socio-económico se agoto y solo quedo el aspecto social, en el cual el señor taxista continuo su oratoria contándome la importancia de dejar el trago y dar un buen ejemplo a los hijos, pasando por una descripción de los olores y actitudes de los borrachos y su influencia en las relaciones matrimoniales incluyendo la teoría de como el "aliento de marrano" de un borracho puede desencadenar una crisis de respeto en la pareja que trasciende a los hijos.
Después de un largo trayecto, un insoportable trancòn y un compromiso perdido llegue a mi destino; es increíble y maravilloso como por 12 mil pesos de servicio de taxi puede uno ver la realidad del país desde otro punto de vista más sencillo y elemental, es posible que en 1985 el "palo" de cerveza no halla costado 350 pesos y que aun se pueda invitar al suegro a una cerveza, pero lo cierto es que será muy difícil cambiar la percepción económica de este señor taxista la cual debe ser compartida por mas personas de las que uno cree, sorprendente también es que en un sector como el transportador donde uno se espera quejas por el precio de los combustibles uno encuentre personas afectadas por el precio de la cerveza y mas sorprendente es que se ven afectadas cuando, según ellas mismas, ya no toman cerveza

1 comment:

Anonymous said...

Qué difícil es transitar en Bogotá. Es muy gracioso tu comentario del final pero tiene profundidad, es la realidad.