Dentro de mis pasatiempos favoritos se encuentra el ciclo montañismo el cual intento practicar al menos una vez en ciclo paseos organizados en la sabana de Bogota, es una experiencia maravillosa, es el contacto con la naturaleza a través de un aparato de dos ruedas movido por la energía de un ligero desayuno un par de bocadillos veleños y la adrenalina que produce la trocha. Son poco más de 30 kilómetros de concentración, esfuerzo físico, caminatas empujando la bicicleta, baños en barro, esquivar huecos y espantar perros y por sobre todo diversión.
Podría llenar estas líneas de las miles de sensaciones que se experimentan recorriendo las veredas de la sabana de Bogota en bicicleta, pero hay dos imágenes que jamás saldrán de mi cabeza al referirme al ciclo montañismo aficionado (creo que serian tres sí contara alguna espectacular ciada que aun me hace reír. La primera es la sonrisa con la cual los niños campesinos de la sabana lo saludan a uno al verlo pasar, uno sabe muy bien que no es mas que un empleado de oficina tratando de salir de la rutina, pero para estos niños de la sabana uno es el deportista extremo más famoso del mundo, y no es para menos ya que la imagen de un ciclo montañista aficionado recorriendo estas rutas es algo verdaderamente impactante y es lo que da origen a la segunda imagen que siempre estará en mi cabeza.
Domingo 8:30 de la mañana en algún pueblo de la sabana, empiezan a arribar al pueblo vehículos con bicicletas atadas a ellos de diversas formas, atrás arriba colgadas en fin, todos van llegando al punto de encuentro donde empezara en contados momentos el ritual de alistamiento.
9:00 a.m. estamos en pleno proceso de alistamiento, pantalones cortos (bikers) con su respectivo acolchado en el trasero, U$ 40, camiseta de algún tejido con propiedades térmicas y con símbolos de alguna marca reconocida, U$ 80, zapatillas acondicionadas de acuerdo a los pedales de la bici, U$100, las medias, U$10, guantes,U$30,gafas,U$ 50, casco, U$ 150, computador para control de ritmo cardiaco, U$ 100, camelback (una bolsa dentro de una maleta con un tubo por el cual se toma la respectiva bebida hidratante), U$ 90, chaqueta impermeable, U$40, un juego de herramientas, protector solar y un par de bocadillos. Estamos listos para salir, en este momento ya no podemos imaginar como luce uno de estos deportistas, y no hemos hablado de la bicicleta, aun estamos con los pies en la tierra.
Llega el momento de la partida, todos en sus bicicletas, aparatos de marcos construidos en aleaciones de aluminio, con cambios, odómetro y velocímetro, sillín anatómico (para proteger la próstata, eso dicen), frenos de disco, llantas especialmente diseñadas para todo terreno, manubrio diseñado para mayor confort en bajadas, suspensión delantera y/o trasera. Todo esta listo para partir cada uno montado en aproximadamente U$1000 para disfrutar con toda comodidad y seguridad de la ruta sabanera.
11:00 a.m. la ruta se ha puesto difícil. las pendiente es muy dura y ya se acabo el bocadillo, las piernas están fundidas y por mas cambios que tenga la bicicleta nada logra que podamos seguir subiendo, estamos a punto de bajarnos y seguir caminando, de repente llega la primera imagen impactante del paseo, ese saludo o despedida de un poblador de la región, "adiós" y en seguida la segunda imagen impactante, el señor campesino en la misma ruta subiendo aquella difícil pendiente como si nada con una cara increíble de asombro al ver los deportistas.
El atuendo: camiseta blanca estampada con publicidad del alcalde de turno, camisa, chaleco, pantalón de paño, botas pantaneras, en lugar de la camiseta de propiedades térmicas, ruana, U$30, en lugar de casco, sombrero, U$20, bocadillo, bebida hidratante, barra de granola?, nada de eso, el desayuno de siempre a las 5 de la mañana por tarde. Camelback?, tal vez una cantina amarrada a la parrilla de la bicicleta.
La maquina: un aparato 10 veces mas barato y 3 veces mas pesado que el de los deportistas, de acero sin cambios sin nada anatómico, suspensión?..Que es eso?, las llantas?..con esas se compro y nunca se han cambiado.
Para muchas personas los seres de la ciudad somos demasiado extraños y vivimos a tan solo dos horas, será que hay algo que nos pueda sorprender tanto en la ciudad?, Será que poco a poco perdemos la capacidad de sorprendernos, creo que en ocasiones me gustaría ver algo el domingo de lo cual pudiera hablar toda la semana con la misma emoción el viernes que el lunes y el sábado dormir ansioso por la llegada de otro domingo. Y pensando en esto creo que ese domingo debe nacer de mí, ese domingo de sorpresas debe ser cada día y a cada hora, esa emoción me la debe despertar tanto el hecho de tener agua caliente como las utilidades del computador o el nuevo ringtone de mi celular, esta en mi volver a disfrutar los pequeños detalles.
Esta historia no tenia como objetivo comentar la capacidad de sorpresa, pero escribiendo me di cuenta de esa capacidad, y no encontré razón para corregir el rumbo de la historia, si termine preguntándome por lo que me sorprende, debe ser por que todavía hay mucho que lo logra
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3 comments:
Uyyyyyyy!! te debiste ver muy apuesto te debes ver con ese super traje!
De otro lado, valoro mucho ese deporte aunque no es mi favorito.
Adicionalmente, me haces recordar una parte del libro OASEIS del Padre Gonzalo Gallo: "Señor, danos el asombro del artista, devuélvenos la admiración del niño.."
Noooooooooooooooooo, los festivos son parte del patrimonio histórico de nuestro país, no podemos quitarlos y arrejuntarlos con otros días simplemente para que las semanas se vean más bonitas. Piensalo bien, qué sería de Colombia sin el día de las velitas o el día de la Virgen que es la semi- misma vaina, o que sería del país sin la asunción de maría, o sin la batalla de Boyacá, o sin el día de la raza, o sin el día de san pedro y san pablo, o el día de todos los muertos, se nos olvidaría ahí si, todas las causas que el país ha cargado encima. Yo comprendo tu punto, pero... no me sabotees los puentes!!!!!!
Espero tu nuevo post
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