Sunday, April 09, 2006

CAPITULO 2A

Estuve algo así como dos horas petrificado en la cama, mirando el techo blanco de la habitación, aun no podía entender lo que había pasado. Eran las 7:45 de la mañana, sabia que debía levantarme, la gravedad de los acontecimientos ameritaba una acción rápida de parte mía, pero mi cuerpo me lo impedía, aun estaba en ese espacio intermedio entre la realidad y la fantasía de los sueños, mi cabeza no lograba tener conciencia completa de mi cuerpo, era como estar aquí y allá sin poder escapar, todo a mi alrededor aun lo consideraba parte de mis sueños, solo algunos minutos después logre tener conciencia de mis extremidades superiores, logre mover los brazos y dirigirlos a mi cara, gire las manos hacia mi y lo que vi me produjo la mas grande sensación de terror que pueda recordar, y no era para menos, estaban ante mi las herramientas que me sirvieron para apartar de mi para siempre la mujer que amaba, aquí y en mis sueños.

8:12 a.m., el silencio de la habitación se vio interrumpido por el electrónico ritmo de mi teléfono celular. El volumen incremental del timbre, acompañado del molesto sonido que producía la vibración del Nokia contra el borde izquierdo del reloj despertador mas el movimiento de las cinco monedas de cien pesos que estaban encima de la mesa de noche lograron sacarme del estado en el que me encontraba, estire mi brazo derecho y casi por reflejo logre alcanzar mi teléfono, en la pantalla, intermitente el mensaje que en la mayoría de las ocasiones me llevaría a rechazar la llamada, jefe llamando, pero en esta ocasión no pude reaccionar y conteste.

Nunca me he podido explicar en que momento el trabajo invadió mi vida, en que momento decidí vivir para trabajar y nada mas, y como la voz y el reclamo de mi jefe hicieron que olvidara por completo la tragedia de mi casa, y tan solo 25 minutos después me encontrara dentro de mi vehiculo desayunado y vestido y con e único objetivo de llegar en 23 minutos a mi oficina para la reunión de las nueve, cuando siempre el mismo recorrido me tomaba 50 minutos.

El día transcurrió de la manera habitual, reunión tras reunión, informes memorandos, el almuerzo con los mismos temas aburridos, en ningún momento durante el día recordé loque había dejado en mi apartamento, en mi habitación. Solo fue hasta las 5 de la tarde que regreso el recuerdo de mi amada habitante de mis sueños, de esa mujer que siempre quise y quien siempre me quiso sin yo conocerlo, el recuerdo de esa mujer que se apodero de la vida de mi esposa y desordenó la mía.

No aguante un minuto mas en la oficina y Salí corriendo hacia la plaza, al lugar donde la había encontrado el día anterior, recorrí las mismas calles que ayer me maravillaron y ya no eran nada especial para mi, tropecé con el viejo del acordeón pero no me detuve, mi único objetivo era llegar a la plaza a encontrar a la mujer que desde mis sueños se apodero de mi vida.

Estuve sentado cerca de la Catedral algo más de una hora, mi camisa estaba desabotonada y mi corbata en el bolsillo, mi mirada seguía a cada una de los habitantes de esta plaza intentando encontrar en ellos a esa mujer, pero todo era inútil. Poco a poco los habitantes de la plaza fueron desapareciendo, el cielo se colmo de estrellas y las luces de los autos empezaban a dibujar sombras que por momentos dejaban volar mi imaginación, vuelo que se cortaba constantemente por la imagen de mis manos en su cuello, saber que la tuve en mis manos y no supe conservarla, creo que ni siquiera pude saber si era o no ella.

De repente en la esquina opuesta a m posición apareció ella, la pude identificar por su pelo, pelo que había enredado mi vida y que ahora necesitaba conseguir de nuevo; me incorpore rápidamente e inicie mi persecución. Ella tenia un paso ligero parecía que sabia que yo la estaba persiguiendo, tomo la carrera séptima y rápidamente se perdió en la multitud de la calle, note otra de las cosas que me había arrebatado mi trabajo, y era esa agilidad para moverme entre la multitud, durante años estuve de mi oficina al auto y del auto a mi cama y ahora la torpeza de mis pasos me lo recordaban.

Conseguí llegar bastante agitado al frente de la estación del museo del oro, mis esperanzas de encontrar de nuevo mi sueño se iban diluyendo junto con las gotas de la llovizna que ahora caía sobre la ciudad. Ahora con la camisa fuera del pantalón, los zapatos, impecables por años, acusando el trajín de la carrera, la corbata asomada por el bolsillo de la chaqueta las esperanzas estaban perdidas.

De repente la logre ver de nuevo, estaba dentro de la estación esperando el bus. Estaba de espaldas pero sabía que era ella, más que su imagen me lo decía mi corazón que estaba por salirse del pecho. Corrí hacia la estación, nuevamente mi torpeza renació, nunca hasta ese día había yo usado el sistema de transporte masivo, tras dejar monedas en el piso logre mi tarjeta y entre a la estación, otra carrera mas para ingresar al bus rojo que y estaba informando la cerradura de sus puertas.

Logre ingresar en el bus por la puerta delantera, ella lo hizo por la puerta trasera, eran las 8:15 de la noche aproximadamente 160 personas en el bus, empecé a abrirme paso entre la gente para conseguir la parte trasera del bus donde la encantaría a ella, pensaba tomarla y pedirle que me devolviera la vida, que le regresara la vida a mi esposa que me explicara todo lo que había sucedido.

Logre llegar hasta la articulación del bus, ella estaba mirando hacia atrás, tan pronto como pude puse mi brazo sobre su hombro y le dije:

- te necesito….

Ella giro rápidamente y algo asustada busco mi mirada y cuando la tuve frente a frente un frió recorrió todo mi cuerpo y se produjo un corrientazo en mis manos, las mismas que horas antes habían acabado con la vida de mi esposa para darle vida a mis sueños.

El frió se mantuvo en mi cuerpo hasta que logre tener conciencia de lo que estaba sucediendo, estaba en un bus con 160 personas manteniendo por el hombre a una mujer que no era la que yo pensaba, era otra trampa de mi mente.

Regrese a mi casa confundido, asustado y sin saber que hacer, ahora tendría que enfrentar mi realidad, mi esposa yacía en mi cama sin vida por la acción confusa de mis manos

10 comments:

Artehaga said...

Pues querido ingeniero, para pensar en lenguaje numérico no esta nada mal el segundo capítulo. Qué bueno que te lanzaste a hacer un segundo capítulo, yo tengo mucha curiosidad por saber cómo terminará. Ojalá termine ... ojalá termine de hecho!!!!

Por lo que ví, también conoces al acordeonista de la séptima no? Auqnue todo el que haya pasado por la séptima con 10 tiene que conocerlo.

Fernando 45 said...

pues muy buen segundo capitulo, va el tercero, con algo de miserio, ya esa listo. un saludo

Anonymous said...

Excelente idea la de Dianita, y tu no lo hiciste nada mal, creo que me animarè aunque no me considero escritora, lo considerarè para ver como me sale.
Un abrazo afectuoso!

SrFiasco said...

Muy buena continuación, vamos a ver hasta donde llega el personaje aquel.

SrFiasco said...

Ya tengo el cuarto capítulo en mi blog.

ratona said...

Especialmente este capítulo me gustó mucho, esa descripción de cuando suena el celular, las monedas... es buenísimo.
Ahora no entiendo como no puedes responder algunas preguntas del cuestionario con semejante imaginación.

questiongirl said...

Inspiradora continuación y da pauta a un sin fin de questiones por resolver!! Vaya reto el que se convoca!!

Saludos esquizofrenicos ;)!ª

Unknown said...

ya esta el capitulo 8

aqui lo encuentran
http://antonioaraizaaullido.blogspot.com/2006/04/capitulo-8-bien-aqui-esta-mi-parte.html

Artehaga said...

Querido Diego, ya puse el capitulo alterno que prometí, pero no fue el cuarto, sino el quinto. Espero que te sea de tu agrado.

http://lacolumna.blogspot.com/2006/03/captluo-5-alternativo.html

Artehaga said...

A falta de capítulos 9 yo decidí sacar a Camilo del atolladero, por lo menos de la delincuencia. Aquí va el capítulo 9

http://lacolumna.blogspot.com/2006/05/captulo-9.html